Rito de paso es una bifurcación de caminos. El final de un proceso que ha terminado por desmoronarse. Se trata de un trabajo orgánico compuesto por elementos que se consolidan como fragmentos, como archivos que aluden a una cohesión perdida. No obstante, si bien no están sólidamente unidos, se presentan entrelazados de manera difusa.
Y es que las piezas se conectan unas a otras a través de su origen. Han sido producidas en un momento efímero, entre un final y un principio. Torpezas, errores, encuentran sentido en este contexto y se revalorizan; es precisamente la fragilidad del producto, del producir, lo que resalta en este caso la fragilidad del autor. Al fin y al cabo, son el resultado de una introspección que condensa, en unos pocos meses y bajo una mirada rota, el peso de más de una década.
Este proyecto expone el último producto de una complicidad que ha dejado de ser. Rito de paso es una revisión melancólica pero optimista de un lugar disuelto, realizada desde otro lugar a punto de disolverse.
"Lifetime" es una pieza que se ha reconfigurado durante el proceso de montaje. Se trata de una instalación formada por un díptico compuesto por dos dibujos (21 x 17 cm. c/u) que representan un fragmento del mismo motivo, restos de madera seca y una intervención sobre pared. La pieza dialoga con "Veta", un pequeño dibujo (9 x 28 cm.) de una rama que se deshace, realizado en un papel curvado por dobleces.
"Cotidianidad vaciada" es una pieza compuesta por dos vídeos en los que se presenta la grabación de una zona del piso en el que vivo. Los vídeos, que reproducen espacios de tiempo cotidianos, parecen imágenes estáticas despojadas de protagonista alguno. Pequeños detalles que contrastan con lo estático de los vídeos delatan la temporalidad que contienen; en este primer vídeo, “practicando el piano”, el pasar repentino de un gato y el sonido que se oye de fondo son los acontecimientos que cumplen esa función.
“Crecimiento seco” es una serie de intervenciones en las paredes de la sala aprovechando las irregularidades presentes, que habitualmente resultarían intrusivas, y revalorizándolas. Una serie de intervenciones a grafito construyen una poética con ramas arrancadas y una hoja seca, que a su vez se contraponen a una humedad ya presente en el espacio y un panel eléctrico obsoleto. Todos los elementos del conjunto son restos de una vida que ha dejado de ser, pero el diálogo sensible que se genera entre ellos, que los constituye como pieza artística, que les otorga un nuevo valor, la trae de vuelta de una manera diferente.
“Calor frío” es una narrativa poética compuesta por una serie de elementos orgánicos y algunos dibujos. Unas hojas frescas, insertadas en la pared, se irán secando durante la exposición, cambiando inevitablemente. Una de las sombras no se adapta y una llama que prende una rama no quema; ambos son dibujos.
La sombra, congelada, presenta la forma de una hoja seca. Al fin y al cabo, cuando la hoja verde pierda toda su humedad dejará de moverse. La llama, que no calienta, se mantiene estática mientras que lo que su calor produciría, si no fuese un dibujo, sigue aconteciendo más lentamente: la rama, poco a poco, seguirá secándose. Las hojas húmedas cercanas, también.
"Marmol y Rayo" es una pieza compuesta por dos dibujos que representan elementos elementalmente opuestos pero plásticamente similares. El dibujo me permite que la inmediatez y la volatilidad de uno conviva en la misma materialidad que la inalterabilidad y estabilidad del otro. "Rayo", a su vez, dialoga con la rama prendida que se encuentra debajo y que forma parte de "Calor frío".
En este segundo vídeo de Cotidianidad vaciada, “Atardeciendo”, el pasar repentino de un gato y el cambio paulatino de la luz que entra por la ventana del fondo son los acontecimientos que cumplen esa función.