Es el proceso un factor determinante en el trabajo de Jan Matthews, un proceso pautado y tan preciso como lo son sus dibujos. Es el proceso el punto de partida sin haber en él intuición alguna sobre su conclusión. Un proceso empírico, basado en la percepción, y con una estructura o método similar a la de la dialéctica hegeliana, en la que serían los dibujos premisas y también su conclusión. Un sistema configurado también en tres partes, representación de la realidad, representación de la representación de la realidad, y representación de la representación de una representación. Primero dibuja en un papel un listón de madera, posteriormente dibuja el dibujo de ese listón de madera, en el que reproduce también la textura, gramaje e imperfecciones del papel, concluye con un dibujo de ese último dibujo. En el primero reproduce una madera, en el siguiente reproduce el dibujo de una madera, y por último el dibujo de un dibujo.

 

En todo este proceso el papel cobra un protagonismo fundamental. John Berger dice sobre el dibujo lo siguiente: “los dibujos son solo notas tomadas en un papel” “Entre los trazos el papel se presta a convertirse en árbol, piedra, hierba, agua(…). Sin embargo, no se lo puede confundir ni por un instante con la sustancia de cualquiera de estas cosas, pues sigue siendo evidente y enfáticamente una hoja de papel con unos trazos finos dibujados en ella”.

 

Jan a la hora de representar un dibujo de la manera más precisa posible, dibuja ese vacío entre los trazos como lo que es, papel, evolucionando su dibujo a algo completamente distinto. Su proceso parte de algo concreto e identificable, como es ese listón de madera, pero acaba concluyendo en lo que aparentemente pudiera parecer una abstracción. Nada más lejos de la realidad, pues el resultado es fruto de un absoluto mimetismo, en el que juegan tanto nuestra capacidad de observación como los límites de nuestra percepción, así como entender la sustancia de aquello que estamos viendo.

No sólo dibuja los trazos sobre el papel, sino la propia estructura del papel.

 

En 1959 Richard Feynman pronuncia “There´s plenty room at the bottom” (Hay mucho más espacio ahí abajo) en las que se exponen las ideas y conceptos sobre la nanociencia. «Es un mundo sorprendentemente pequeño el que está debajo(…): ¿Por qué no podemos escribir los 24 volúmenes enteros de la Enciclopedia Británica sobre la cabeza de un alfiler?». No hay una pretensión de Jan Matthews en intervenir en esos mundo tan pequeños, pero sí por entenderlos, ir más allá de lo evidente e intentar representarlos.

 

 

Ricardo Pernas