CARTOGRAFÍA DE LA MEMORIA

Cartografía de la memoria es un proyecto realizado durante las residencias artísticas organizadas en huete por el MAC Florencio de la Fuente. Se trata de una especie de transcripción plástica nacida de un paseo sin rumbo.

 

Vivo en una ciudad y no tengo pueblo. Muchos veranos viajo a una casa de campo a las afueras de París, en la frontera entre Normandía y Beause, y me doy cuenta de que, aún siendo un lugar sin monumentos, sin grandes construcciones de ningún tipo a menos de tres kilómetros, mis paseos terminan dejando de ser erráticos. Siempre acabo priorizando unas rutas frente a otras y decidiendo qué ver. Las rutas terminan presentándose solas.

 

Encuentro que esto no es un incidente aislado, es bastante habitual. Llegar a conocer un lugar es, hasta cierto punto, jerarquizarlo, determinan qué se torna grande entre lo pequeño y hacerlo nuestro. Y es que creo que es precisamente la falta de monumentalidad de esos recorridos (aún habiendo monumentos en el camino) la que vincula al paseante con el paseo; donde no predomina una memoria histórica prevalece una memoria de intimidad. Cada paseante construye una especie de cartografía propia del lugar.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Almendro ] Óleo sobre cuaderno. 42 x 14.5 cm. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Almendro ] Óleo sobre cuaderno. Detalle. (2023
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cueva (cueva) ] Grafito sobre pared. (2023)
[ Cueva (cueva) ] Grafito sobre pared. (2023)

 El primer punto que atrapó mi atención fue un almendro en la cima de un monte, que se podía ver desde casi todos los lugares del pueblo. Cuando llegué a la mañana siguiente vi que, en la otra punta del pueblo, se divisaba una cueva a la que me dirigí al día siguiente. Ambos elementos, que arropan el pueblo, me sirvieron de faro para orientarme en el resto de paseos.

 

Del mismo modo el cuadro del almendro y el dibujo de la cueva sobre la pared están enfrentados, envolviendo desde lo alto el recorrido que propongo en la exposición, análogo a mis paseos.

[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Amapola ] Óleo sobre cuaderno. 12 x 24 cm. (2023)
[ Amapola ] Óleo sobre cuaderno. 12 x 24 cm. (2023)
[ Amapola ] Óleo sobre cuaderno. 12 x 24 cm. (2023)
[ Amapola ] Óleo sobre cuaderno. Detalle. (2023)

Parece ser que las amapolas tienen una resistencia muy alta al sol directo y a la sequía y, aunque se estuviesen quemando (que lo estaban haciendo), viven demasiado poco tiempo como para que suponga un problema. Son tremendamente sensibles, en cambio, al movimiento; en seguida se marchitan al trasplantarse o al pisarse.

 

Me resulta un equilibrio de cualidades bastante particular. Nace donde se abrasa y donde es más visible, como si pidiese ser arrancada. Casi resulta más delicada por contexto que por fisicidad. Pero parece una fragilidad intencionada.

 

Encuentro que no te relacionas de la misma manera con algo que se presenta tan vulnerable. Como si la posibilidad de ser pisado incitase a querer cuidarlo.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Horizonte ] Instalación compuesta por un paisaje pintado en un cuaderno, un bodegón de piedras que simula el paisaje pintado y una intervención sobre pared que une ambas partes. Medidas variables. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Horizonte ] Bodegón de piedras. Detalle. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Horizonte ] Grafito sobre pared. Detalle. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Horizonte ] Óleo sobre cuaderno. 29.7 x 42 cm. (2023)
[ Horizonte ] Óleo sobre cuaderno. 29.7 x 42 cm. (2023)
[ Horizonte ] Óleo sobre cuaderno. Detalle. (2023)

Muchos de los paisajes que recorrí eran montañosos. Me pasaba las mañanas escalando montes por todas partes. Entre ellos me llamó especialmente la atención una subida que seguí volviendo de la desembocadura de un río llamada El borbotón.

 

Desde ahí no se veía nada más que ese camino y el cielo, que estaba completamente liso. Aunque se insinuaba una bajada al otro lado, casi parecía que el horizonte se había convertido en una pared. La luz resaltaba el color de las piedras, sorprendentemente grises y naranjas, que tintaban el paisaje en todos los tamaños.

 

Parece ser que aunque haya tanta variedad cromática en realidad son diferentes estados de la misma piedra, de Lapis Especularis. Podías encontrar la misma estructura tonal a gran y a pequeña escala, casi como si ese paisaje fuese un fractal. Como si con dos piedras pudieses condensar el lugar a formato bolsillo.

 

Especialmente si el horizonte es una pared lisa.

[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023)
[ Cartografía imaginada ] fotografía de exposición en MAC Florencio de la Fuente. (2023). Fotografía de @maargovva
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ La una abeja ] Instalación compuesta por una abeja y una piedra encontradas y una intervención sobre pared. (2023)
[ Courant ] fotografía de exposición.
[ La una abeja ] Intervenciónes sobre pared. Detalle. (2023)

Durante mis recorridos, tanto dentro como fuera del estudio de trabajo, me encontré con muchos insectos diferentes. De entre todos me llamó especialmente la atención una abeja que encontré en el suelo de una de las salas expositivas del museo en el que realizaba la obra. Supongo que el problema que está habiendo con las muertes masivas de abejas, por temas de pesticidas y cambio climático, hace que encontrarse una abeja muerta sea diferente a un toparse con otro insecto.

 

El caso es que me afectó. Fue casi como un acontecimiento. No sé, no quería que se perdiese.

 

Una de mis piedras sirvió para posarla y visibilizarla, darle luz. Pero aún en sombra la huella del acontecimiento se mantiene, aunque no se perciba de primeras.

 [ Cartografía imaginada ] Instalación compuesta por Elementos recogidos durante diversos paseos por las afueras de Huete. (2023)
[ Cartografía imaginada ] Instalación compuesta por Elementos recogidos durante diversos paseos por las afueras de Huete. (2023)
 [ Cartografía imaginada ] Elementos recogidos en Huete. Detalle. (2023)
[ Cartografía imaginada ] Elementos recogidos en Huete. Detalle. (2023)
 [ Cartografía imaginada ] Elementos recogidos en Huete. Detalle. (2023)
[ Cartografía imaginada ] Elemento recogidos en Huete e intervención sobre pared. Detalle. (2023)
 [ Cartografía imaginada ] Elementos recogidos en Huete. Detalle. (2023)
[ Cartografía imaginada ] Elementos recogidos en Huete. Detalle. (2023)

Un hábito que me acompaña desde hace muchos años y que ha sido siempre parte de mi trabajo es recoger toda clase de objetos que atrapan mi mirada (suelen predominar trozos de madera, todo sea dicho). En el caso de los paisajes de Huete, las piedras de Lapis en distintos estados de cristalización fueron el principal foco de mi atención.

 

Huete fue una de las principales minas romanas de esta piedra que se utilizaba como cristal. No hace falta decir más para constatar el peso histórico del lugar. Pero más allá de ese valor que contienen esas lascas me atrapa algo mucho más tonto, más pequeño: el poder verlas y cogerlas. Esas piedritas son recuerdos de mis paseos. Las maderas que las soportan en la exposición, restos recogidos cerca de las vías de tren, también.

 

En la sala de exposiciones, por medio de esos objetos recogidos, puedo ofrecer un recorrido de mi memoria que, probablemente, no diste mucho del de otros transeúntes.

 

Supongo que más que ofrecer comparto. Estos objetos me permiten colectivizar esa práctica tan individual e introspectiva que han sido mis paseos.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Cuaderno de campo ] Dibujo sobre cuaderno. 13 x 21 cm. (2023)
[ Cuaderno de campo ] Grafito sobre cuaderno. 26 x 21 cm. (2023)
[ Cuaderno de campo ] Grafito sobre cuaderno. Detalles. (2023)

Me encontré muchas grietas y agujeros. Algunas eran madrigueras, otros simplemente rajas que habían aparecido en el terreno, supongo que por cambios de humedad o temperatura. Ese tipo de encuentros acababan siendo registrados a través del dibujo en uno de mis cuadernos de campo, que siempre llevaba conmigo. Alguna que otra sombra proyectada por mí o por un árbol también aparece dibujada en el mismo cuaderno.

 

Me resultan muy interesantes los elementos que se encuentran presentes por medio de una ausencia. Son perceptibles por el vacío en vez de por su materialidad. En cierto modo, dibujarlos construye varias capas de sentido que se entrelazan. El dibujo mimético alude, sin serlo, al elemento que representa pero, en este caso, ese elemento representado es de por sí algo que “no es”. Además se podría decir que, en este caso concreto, el dibujo es más real que su referente al darle materia; donde antes había vacío, ahora hay cuerpo material, hay pigmento.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Cuaderno de ideas ] Dibujo y escritura sobre cuaderno. 17.5 x 25 cm. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)
[ Cuaderno de ideas ] Grafito y lápices de color sobre cuaderno. Detalle. (2023)

 realicé dos cuadernos de campo. El primero, que se centraba en la representación de elementos sin materia, estaba más centrado en un trabajo figurativo. Este segundo se centraba más en el valor plástico y narrativo del lenguaje escrito. Se trata de una especie analogía de mis paseos a modo de diario, en el que recorro las páginas semántica y plásticamente.

 

A través de lógicas internas, que se iban multiplicando conforme avanzaba por las páginas, jugaba con las irregularidades del papel y las entrelazaba con las ideas flotantes que me asaltaban durante el trabajo de estudio de la residencia. El resultado es una amalgama de pensamientos sencillos, tontos, que juegan con el espacio en el que se ven sumergidos y que se vuelven complejos al multiplicarse.

 

Algunas de las dinámicas que se formaron dentro del cuaderno también se extendieron, durante el montaje, por las paredes de la exposición.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Camino trazado ] Piedra veteada y papel que continúa el motivo. (2023)
[ Camino construido ] Rama compuesta por trozos de madera alineados, recogidos por diferentes zonas de Huete. Tamaño variable. (2023)
[ Camino construido ] Rama compuesta por trozos de madera alineados, recogidos por diferentes zonas de Huete. Tamaño variable. (2023)

La mayor parte del tiempo que pasaba paseando por Huete iba por caminos que no estaban definidos. Más bien eran zonas pedregosas o hasta arriba de vegetación salvaje. No obstante, de vez en cuando me encontraba pequeños caminos que circundaban los lugares por los que me movía, y que me servían de referencia para no perderme. Algunas de las piedras que recogía por allí parecían metanarrativas, como si tuviesen grabado aposta el camino en el que las encontraba. Tenían un dibujo que podía continuar.

 

En cada uno de esos paseos iba recogiendo trozos de madera que iba uniendo poco a poco formando una rama que conectase todos los lugares. Una especie de registro del camino que seguí al no seguir los otros.

[ Courant ] fotografía de exposición.
[ Recuerdo colaborado ] Elementos intervenidos o donados por mis compañerxs de residencia. Medidas variables. (2023)

Las obras de Huete, realizadas culminan con un par de obras que envuelven toda la experiencia.

 

Por un lado, un par de vídeos que conectan la primera y la última franja del río (creo que es el Cauda) que encontré durante mis paseos y que envuelven el espacio transitado. El río, por supuesto, me sirvió a menudo de guía.

 

Por otro, una exposición de elementos brindados por mis compañerxs, que han formado parte activa del propio proceso de producción.